
Hace un tiempo acompañé a una paciente a encontrarse con el dolor. Había sufrido el abandono de su marido y en varias sesiones la acompañé en un llanto desgarrador, que muchas veces transcendió mi alma en compasión y empatía. Por un tiempo importante, trabajamos ese dolor, ese abandono, esa impotencia en el cual se había hundido…[...] Leer más...